‘Una vida a lo grande’ (2017): El patinazo de Payne

0

Es la historia de Damon buscándose a si mismo, con muchos tópicos. Y a partir de ahí todo lo que viene resulta de lo más previsible. | Por @criticasen280

Por @tylerdurden140 (criticasen280)

Así de primeras era una peli a la que le tenía ganas, cierto es también que en su día su trailer no me atrajo nada, pese a contar con Alexander Payne detrás de la cámara, que es un tipo que lo que suele hacer me interesa bastante. Ha habido decepción. En su largo metraje, una de las lacras de la cinta a mi juicio, encontramos dos partes bastante diferenciadas. Hay una primera en la que Payne, que también es autor del libreto, lanza a mansalva una serie de ideas que de alguna manera te hacen reflexionar sobre temas diversos: la condición humana, nuestro papel en el universo, la sociedad en la que vivimos, la lucha de clases, y ese toque de ciencia ficción que es conseguir que toda una población se pueda miniaturizar. Lo primero que piensas es: “te lo compro”, pero ahora viene el problema y es que todo ese material que me estás planteando le tienes que dar forma, desarrollarlo y rematar la faena. Creo que Payne se queda a medias en todo. El tema da para muchas posibilidades pero el camino que elige hace que el “bajón” sea importante.

Acompañamos a Matt Damon en su largo periplo y cuando lo tenemos ya situado en plena acción es cuando el conjunto se empieza a resentir. Lo que a mi entender podía haber sido un acercamiento bastante ingenioso a la cantidad de opciones que se abren al saber que un ser humano pueda hacerse pequeño y todo el abanico de caminos que de ahí se pueden derivar, al final acaba siendo una historia de amor al uso. Y en ese momento es cuando empiezas a mirar el reloj, la ventana, porque el asunto comienza a ser insufrible.

El aburrimiento, en mi caso, es el absoluto protagonista. Ya no me resulta nada interesante. El planteamiento tan cojonudo que tenía ya no importa. Es la historia de Damon buscándose a si mismo, con muchos tópicos. Y a partir de ahí todo lo que viene resulta de lo más previsible.

No todo es malo obviamente. Lo que pasa es que como ocurre con muchos otros largometrajes lo que te jode es saber, o creerlo vaya, que todo podía haber sido mucho mejor. Pero claro esta es mi opinión por supuesto, no quiero sentar cátedra ni mucho menos. Me rijo por sensaciones, y en este caso empiezo con ilusión, con ganas, a tope pero acabo profundamente abatido y lo peor habiendo perdido completamente el norte. La recomiendo? Pues claro. Sinceramente pienso que de este señor, Payne, hay que verlo todo. Pese a ser la peor obra de su filmografía algo se rasca. Se rescata alguna idea, algún momento, y la peli los tiene.

Un patinazo lo tiene cualquiera, así que espero de veras que con la siguiente consiga volver a maravillarme, como ya hizo con su excelente Nebraska, es en esas historias donde lo veo más cómodo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *