‘El Plan’: Cuando todo sale mal
Al igual que pasaba con ‘Reservoir Dogs’, a ‘El Plan’ no le interesa mostrar lo que planean llevar a cabo los protagonistas. Si a la película de Tarantino le interesaba mayoritariamente el después, ‘El Plan’ prefiere centrarse en el antes. | Por Jaime Lyon
Por Jaime Lyon
Al igual que pasaba con ‘Reservoir Dogs’, a ‘El Plan’ no le interesa mostrar lo que planean llevar a cabo los protagonistas. Si a la película de Tarantino le interesaba mayoritariamente el después, ‘El Plan’ prefiere centrarse en el antes.
Quizá no es totalmente cierto lo que estoy diciendo. Se podría decir que vemos algo de este plan en la película. Comienza cuando los personajes se reúnen en la casa de Paco (Antonio de la Torre). El primero que llega es Ramón (Chema del Barco), aunque lo hace 5 minutos tarde, lo que molesta profundamente a Paco. El último miembro del plan es Andrade, que llega más de 5 minutos tarde, algo que es habitual en él. Su coche se ha estropeado, lo que supone un gran problema porque todos lo necesitaban para desplazarse. Parece que la suerte no les acompaña a ninguno de los tres para llevar a cabo lo que tienen entre manos.
La película está basada en una obra de teatro de Ignasi Vidal. El director y guionista de la adaptación, Polo Menárguez debuta en el largometraje de ficción con esta película. Anteriormente había realizado varios cortometrajes y un documental titulado ‘Invierno en Europa’. Uno de los principales retos del filme es hacer dinámica y amena una historia que se desarrolla principalmente en una sola localización. Lo cierto es que el director consigue que la película tenga buen ritmo y sea siempre entretenida. La localización principal, el piso, se podría decir que incluso lo ayuda porque se va haciendo cada vez más agobiante conforme los personajes van descubriendo secretos y se discuten entre ellos.
Podríamos decir que la evolución se da en dos planos distintos. El primero de ellos es el de los actores, donde se da un aumento de intensidad, especialmente en los personajes de Arévalo y de la Torre, el de Chema del Barco es un personaje más hermético por lo que no lo vemos tan nervioso o enfurecido como a los otros dos, lo que beneficia enormemente a la historia porque sirve de contrapunto a los otros dos personajes. Realmente es una película sostenida por los personajes y, evidentemente, los actores que los encarnan. El único de los tres que estaba presente en la obra es Chema del Barco, pero todos realizan un gran trabajo.
El otro elemento donde se da una evolución es en el tono. Al parecer se diferencia de la obra de teatro en que esta era mucho más cómica. La decisión de limitar la comicidad en las actuaciones y el guion me parece de lo más acertada. El filme empieza más cómico de lo que acaba, va de la comedia al drama. En cuestión de 80 minutos se convierte en una película más y más oscura conforme se va desvelando la tesis principal.
Menárguez declaró que veía la película como “una crítica a la construcción de la masculinidad” donde los “tres personajes tienen masculinidades muy marcadas”. Los personajes son unos hombres que ya no saben cómo desenvolverse en el mundo, no parecen aceptar la pérdida de control y de liderazgo en sus vidas y lo canalizan a través de la agresividad y la violencia.
‘El Plan’ es un buen comienzo en el mundo de los largometrajes de ficción para Menárguez. La moralidad de la película es lo que más interesa, incluso puede incomodar a ciertas personas y llegar a ser controvertida. Menárguez demuestra controlar muy bien el ritmo, el trabajo actoral y el cambio paulatino de tono.