‘Veneciafrenia’: Gatillazo en Venecia

0

Álex de la Iglesia presenta su nuevo trabajo, ‘Veneciafrenia’, que ha tenido su première mundial fuera de competición en esta quincuagésimo cuarta edición del Festival de Sitges. | Por Ferran Calvet (Sitges 2021)

Por Ferran Calvet (Sitges 2021)

Nota: ★★☆☆☆

Cuando uno visita Venecia, es habitual que tome una góndola a los pies del Ponte Vecchio, o en cualquier paraje ultra turístico de los tropecientos que tiene la ciudad. El gondolero, ese señor con curiosa indumentaria que dirige la particular nave, hace a la vez de guía turístico, y va señalando brevemente los pasajes que vislumbramos. Lo que más sorprende de esta particular visita guiada, aparte de la belleza de algunas edificaciones, es la cantidad de leyendas y personajes históricos que están ligados a la historia de la ciudad: Marco Polo, Giacomo Casanova, el Puente de los Suspiros, Il Fantasma del Gran Canal o La serpiente de la Laguna.

Siete semanas después de la primera luna llena del solsticio de invierno, Venecia le suma encanto a sus calles con la celebración del carnaval, cuando la ciudad se llena de personas vestidas con los típicos trajes históricos y con las famosísimas máscaras venecianas.

Si, además, a este cóctel compuesto de leyenda urbana e histórica y celebración pagana, le sumamos la crispación de los habitantes de una ciudad supeditada al turismo de masas, encontramos la coyuntura ideal para que Álex de la Iglesia desarrolle su nuevo trabajo, Veneciafrenia, que ha tenido su première mundial fuera de competición en esta quincuagésimo cuarta edición del Festival de Sitges.

La película, cuyo elenco está encabezado por cinco intérpretes jóvenes -Ingrid García-Jonsson, Silvia Alonso, Goize Blanco, Alberto Bang y Nicolás Iloro-, arranca de forma exorbitada, casi molesta, algo que me atrevo a atribuir a una mala dirección actoral o, simplemente, un mal castin. En este punto, ya podemos avanzar que la sobreactuación es el común denominador de toda persona que recae delante de la cámara, algo que evita que Veneciafrenia se presente como una película de terror sólida, sino más bien como una autoparodia.

Otro aspecto desalentador es el retrato que de la Iglesia se atreve a trenzar sobre la alienación de la juventud y de las masas de turistas. Por un lado, los cinco protagonistas se ven reducidos, uno por uno, en estereotipos viejunos y tórridos que parecen estar desarrollados por alguien maldispuesto a entender la desazón de una generación. Por otro, las masas son tratadas como un conjunto inconsistente y de nula inteligencia y dignidad. Si bien estamos de acuerdo con la necesidad de elaborar crítica social, de la Iglesia peca de mala puntería para designar los culpables de una sociedad degenerada y agresiva.

A pesar de estos sustanciales resbalones, que hacen que Veneciafrania sea un filme aventurado, de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría (coguionista de la película) aciertan con el juego de máscaras y personalidades en el que, poco a poco, se va convirtiendo la cinta. En tiempos de avatares y de caracteres difusos, la pérdida de la singularidad de los rostros en favor de los disfraces y las caretas resigue, en cierta forma, las fallidas líneas narrativas citadas anteriormente, y forman, esta vez sí, una interesante reflexión alrededor de la enajenación del individuo contemporáneo.

Aun cuando esta premisa es la que se hace fuerte y en los compases finales nos olvidamos de los pecados de Veneciafrenia, esta nos vuelve a decepcionar con una deriva que tiene la intención de hacer sufrir a sus personajes y llevarlos a límites innecesarios. Si lo miramos desde el disfrute gore, algunas escenas nos podrían complacer, y uno debe de admitir cierto goce festivalero, pero no aportan más que tedio cuando recapitulamos el film.

Con todo, se podía esperar algo peor. El anterior trabajo de Álex de la Iglesia que proponía un juego de máscaras e identidades, Balada triste de trompeta, es una de las peores experiencias cinéfilas del que suscribe estas líneas, además de un filme vacío e insustancial. Veneciafrenia, de bien seguro, encontrará este público dispuesto a reír las gracias de un director del que se sigue esperando su reconciliación con el género puro y efectivo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *