‘Per Lucio’: Elogio de la creatividad (Berlinale 2021)

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Lo nuevo de Pietro Marcello, empieza con una energía inusual. Uno se sienta a ver un documental presentado en el Festival de Berlín (por mucho que lo vea circunstancialmente desde su casa) con el temor a que la fría pesadumbre de la ciudad alemana se contagie al metraje. | Por Jaime Lapaz

Por Jaime Lapaz (Festival de Berlín)

Lo nuevo de Pietro Marcello, presentado en la sección Specials de la 71ª edición de la Berlinale, empieza con una energía inusual. Uno se sienta a ver un documental presentado en el Festival de Berlín (por mucho que lo vea circunstancialmente desde su casa) con el temor a que la fría pesadumbre de la ciudad alemana se contagie al metraje, a que la solemnidad de sus anchas y reconstruidas calles haga decaer el ritmo del filme. Per Lucio empieza con un psicodélico montaje a modo de introducción televisiva formada por gente bailando y una paloma dibujada con carretes de cine. Pura alegría.

La última película de Pietro Marcello es sorprendente porque rehúsa la narración clásica del biopic apropiándose de su lenguaje narrativo. Cualquier documental sobre un músico que ya no está entre nosotros estaría articulado cinematográficamente a partir de vídeos caseros, videoclips y entrevistas con sus allegados más cercanos. Per Lucio no es la excepción; pero le da una vuelta a todo ello mediante la inserción del material de archivo externo a lo estrictamente relacionado con el cantante Lucio Dalla, y, paradójicamente, al alejarse momentáneamente de su figura, consigue engrandecerla.

Marcello encadena los atinados fragmentos de entrevistas de archivo a Dalla y los discursos de sus dos únicos testigos (Tobia, mánager de Dalla, y Stefano, amigo de la infancia) con su obra, es decir, con sus bellísimas canciones. Pero se permite “audiovisualizarlas” con la libertad del vuelo de una paloma: compone los fragmentos del metraje con found footage filmado en la Italia desde el fin de la II GM hasta la caída del muro de Berlín, ilustrando así las letras a la vez que dando una dimensión político-social a lo que parecía ser un simple biopic. De este modo, Marcello afronta parte de la Historia de Italia a través de uno de los cantantes que mejor representaron al país. Pasando tangencialmente por el éxodo rural y la consecuente industrialización vía Mille Migla hasta el atentado de Bolonia de 1980, la música de Dalla alza el vuelo gracias al creativo y acompasado trabajo de montaje del cineasta italiano.

Fotograma de «Per Lucio»

Marcello logra que imágenes que en un principio parecen no tener nada que ver con la música de Dalla entren en simbiosis con una armonía y una fluidez sobrecogedoras (y que no solo apela al placer estético), lo que no hace más que recordar al trabajo de Núria Giménez Lorang en My Mexican Bretzel (2019). Así, la temática de las canciones puede conducir sorprendentemente al film noir, al vídeo de vacaciones, al documental obrerista o a la retransmisión automovilística. Y todo ello sin perder el rumbo, conformando un artefacto delicioso que elogia la creatividad artística de Lucio Dalla siguiendo sus pasos, desbordando alegría.

A mitad de película, antes de sentarse a comer en una trattoria, Tobia y Stefano confiesan que es la primera vez que se juntan solo ellos dos, que siempre se habían reunido con más gente. Al final de la película, con los platos de pasta terminados y el cigarrillo en la boca, Stefano comenta por encima que nunca han hablado de Lucio, que lo están haciendo de forma “excepcional” (para el rodaje con Marcello, entendemos). Sorprende esa declaración después de haberles estado escuchando durante setenta minutos hablar sobre Dalla con una clarividencia abrumadora, con una precisión y elocuencia elegantísimas. El espectador cínico podría pensar que el aparato cinematográfico del director es poco potente, que ha recurrido a la preparación de entrevistas; pero tras haber sentido la energía de Dalla a través del filme de Marcello uno solo puede determinarse a creer que todas las sagaces conversaciones han sido fruto de la silenciosa huella de un hombre irrepetible. He ahí el valor de Per Lucio.

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