‘Onward’: La familia monoparental y su bochornoso hijo friki

0

En el mundo de fantasía urbana de Onward, la magia ha sido reemplazada por la tecnología, pero todavía hay magia escondida para aquellos que la buscan. | Por Zep Armentano

Por Zep Armentano (Festival de Berlin)

En el mundo de fantasía urbana de Onward, la magia ha sido reemplazada por la tecnología, pero todavía hay magia escondida para aquellos que la buscan.

Esta es la aventura de Ian Lightfoot y su hermano mayor Barley, un par de elfos que emprenden una campaña de aventura a contratiempo para solucionar un hechizo fallido. En el transcurso, además, Ian encontrará la convicción en un mismo que le faltaba y sin la que su magia no puede funcionar.

Disney ha decidido darle el máximo empuje a esta historia original con un plantel de voces de lujo: con dos de las estrellas de Marvel con más éxito entre el público juvenil. Son Tom Holland (Spiderman) y Chriss Pratt (Guardianes de la Galaxia), y acompaña la graciosísima Octavia Spencer.

Desgraciadamente, al personaje de Tom Holland, pensado en la búsqueda de la identidad de la adolescencia le ocurre exactamente lo que le tenía que ocurrir: tiene muy poco carisma, incluso respaldado por el actor que tiene detrás. Chris Pratt le eclipsa como un rolero aficionado a Dragones y Mazmorras y a las historias de magia arcana. Desvergonzado, fortachón, patoso e impresentable. Presentándolos en la película como opuestos (el impávido y el miedoso), hace lucir las secciones de buddy movie y película de aventuras pura muy asentada particularmente en Indiana Jones y que hará las delicias del público juvenil.

Hay mucho más de Disney que de Pixar en Onward. Tira del hilo de la modernidad llegada a Disney los últimos años, con la familia monoparental y dando el mismo peso a cada uno de sus miembros e incluso una escena de lucimiento para la madre (a pesar de todo, los padres siguen ausentes, como ocurre con los huérfanos de las películas clásicas). También el nuevo modelo de familia era central en Steven Universe, una de las animaciones de culto más influyentes en un público intelectual. El rasgo más pixariano: la premisa (a nivel de Monstruos University del propio Scanlon) que da mucho juego en la construcción del mundo, desde la arquitectura arcanepunk hasta las clases sociales según las razas. Por otro lado, la mascota se encuentra en lo más profundo del uncanny valley por el esfuerzo de dar entidad a un ser sin cara, y si era intencionado, lo he sufrido.

Pero el elemento que más me cojea es intentar vender la película por un doble rasero: para quien sabe mucho y para quien no sabe nada. Parécese que nos encontramos con un Señor de los Anillos pop (si el otro no se hizo ya pop), con hechizos en un deslucido latín inventado a la yanqui, música de videojuego masivo online… La estrategia apela al ciudadano medio, el público familiar y al espíritu friki: a un público unitario. Pero ni el heavy metal, ni los juegos de rol, ni la fantasía son nichos comerciales, si un caso se han hecho visibles gracias a los videojuegos.

Onward vulgariza tanto los arquetipos fantásticos que una parte de mí se siente violentada. Para muchos, entrar en la comunidad del rol era adentrarse en un espacio seguro, mientras que fuera siempre se les ha tachado de extraños y de mil cosas más. El Hipster reacciona así porque cuando vulgarizan lo que le gusta le están robando algo que lo ha definido de manera profunda, que lo hace especial. O dicho de otro modo, su refugio.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *