‘Libertad’: Un verano para descubrir (Cannes 2021)

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La representación española en los festivales de cine importantes sigue siendo tan ínfima que sonroja. Es por esto que la inclusión de Libertad de Clara Roquet en la programación de la Semana de la Crítica tiene un mérito enorme. | Por Ferran Calvet

Por Ferran Calvet (Festival de Cannes)

Nota: ★★★★☆

La representación española en los festivales de cine importantes sigue siendo tan ínfima que sonroja. Cannes nunca ha sido un feudo para el cine español, pero el número de películas que hemos ido encontrando en las últimas ediciones de Berlín o Venecia tampoco es alentador. Es por esto que la inclusión de Libertad de Clara Roquet en la programación de la Semana de la Crítica tiene un mérito enorme. 

Lo más sencillo sería hablar de Libertad como la ópera prima de su directora, aunque la trayectoria de Roquet es tan significativa que no se puede pasar por alto. La realizadora catalana ha trabajado anteriormente como co-guionista en filmes como 10.000 KM de Carlos Marques-Marcet o Petra de Jaime Rosales, dos películas reconocidas con importantes premios en el Estado español y que han participado en certámenes internacionales. De forma paralela a estos trabajos, Roquet da el salto a la dirección y dirige dos cortometrajes: En 2015 presenta El Adiós, una trayectoria confirmada dos años después con Les bones nenes

Libertad es, seguramente, una especie de culminación de los intereses de Roquet en sus incursiones al cortometraje, absorbiendo ideas de su primer trabajo, que ponía el foco en la relación de una empleada doméstica con su difunta señora, y también del segundo, que nos presentaba un drama femenino y adolescente. 

Con contribuciones que parecen fijas en los trabajos de la catalana, como Gris Jordana en el trabajo de fotografía y la música de Paul Tyan, Libertad se presenta como una película de múltiples frentes abiertos perfectamente cosida, mostrando así la destreza -y la experiencia- de Roquet en el guión. En líneas generales, el film pone el foco en Nora, una adolescente (interpretada por María Morera) que pasa las vacaciones con su familia y su abuela, enferma de Alzheimer. Esta tiene una empleada doméstica, Rosana, cuya hija, Libertad, llega a la casa para revolucionar el verano de la protagonista.  

Con la amistad y el verano de fondo, Roquet abre la puerta al descubrimiento de Nora, no a partir de un verano épico, sino de uno repleto de pequeños detalles que van formando y redondeando la personalidad de una preadolescente que comienza a estar hastiada de los rituales familiares y a intuir las complicadas vidas de su alrededor -todos hemos pasado por eso, ¿no?-. 

Colocando este descubrimiento en el horizonte, la relación entre Nora y Libertad se va cociendo a fuego lento, sin prisa por mostrar lo que se quiere mostrar, y por lo tanto sin caer en lugares comunes. De esta forma, el primer largometraje de Clara Roquet se va convirtiendo en un cuento íntimo que contiene múltiples estadios que pasan por la construcción de clase, el hallazgo de lo ajeno, la descomposición familiar y el primer romance veraniego. Y todo ello, sin discursos pomposos o aleccionadores. Como si la cámara estuviera en la frente de un tercer personaje, tan inocente como omnipresente. 

Sería pasar de puntillas por la película si no habláramos de María Morera, la jovencísima actriz que nos sorprendió con su papel en La vida sense la Sara Amat de Laura Jou (2019). Aunque no lo pueda parecer, los roles de ambas actuaciones son muy diferentes, y así se encarga Morera de ejecutarlo. Si en Sara Amat la actriz era mostrada con todo su carácter y personalidad para justificar su arriesgada decisión, en Libertad parece tener un papel más comedido, que no censurado, con el objetivo de encarnar este momento vital de desencanto con su entorno y de fijación hacia lo externo y desconocido. Una una actuación bien medida que no podemos pasar por alto. 

En Libertad se junta el relato veraniego de Rohmer con el retrato social de Roma de Alfonso Cuarón. Pero, sobre todo, es una película sutil, con personalidad, y, ¿por qué no decirlo?, la película española más prometedora de lo que llevamos de año. 

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