‘Ella i jo’: Alejarse del ruido (D’A Film Festival)

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Rodado en 16mm, Ella i jo (Jaume Claret Muxart, 2020) explora con una dúctil sensibilidad los intentos de comunicación entre una madre y una hija que se encuentran en la distancia. | Por Jaime Lapaz

Por Jaime Lapaz (D’A Film Festival)

Una mujer recorta con un cúter unas cartulinas encima de la mesa de su amplio y luminoso piso del Eixample de Barcelona. Lo hace sentada, trazando el recorrido de la navaja con una seguridad vigorosa y apoyando los pies calzados en el travesaño de una silla. En Atenas, otra mujer, descalza y en cuclillas, vierte una mezcla de pintura sobre un lienzo ya coloreado y lo frota dificultosamente con otro bastidor, arrastrándolo sobre el suelo. La segunda es hija de la primera, y ambos modos de trabajar, pese a las inocuas variaciones de la más joven, son más similares de lo que podría parecer.

Rodado en 16mm, Ella i jo (Jaume Claret Muxart, 2020) explora con una dúctil sensibilidad los intentos de comunicación entre una madre y una hija que se encuentran en la distancia. Las imágenes de Claret Muxart, de un lenguaje tan elemental como preciso (probablemente a raíz del material de la película), son capaces de suscitar lo invisible a través de lo visible: los motivos de la distancia entre ambas se dibujan en un segundo plano con la sutileza de un carboncillo empleado en papel de calcar. La una esboza sin vacilación y con sazón sobre una pizarra; la otra observa insegura sus lienzos desde una silla en la que aún no ha encontrado su postura ideal. La una pasea por su biblioteca y dormita con un libro; la otra devora una novela mientras se refugia de la lluvia. El fragor del céntrico piso urbano entra así en consonancia con la paz de los olivos que rodean el estudio-invernadero del personaje más joven, así como esos pequeños detalles de rebeldía (porque descalzarse y pintar en el suelo pueden ser todo un pronunciamiento) parecen esclarecer el por qué de la necesidad de alejarse del ruido.

Ella i jo concreta a través de lo sensorial la herencia emocional y plástica que nuestros padres derraman sobre nosotros y que nosotros volcaremos a su vez sobre nuestros hijos, y que a menudo solo es visible desde la distancia. En el empleo que Claret Muxart ejerce de las texturas del sonido de la radio que la madre escucha atentamente en el estudio sobresale el momento más emocionante del cortometraje, y que, a su vez, forma un díptico de lo más curioso con el plano secuencia de la tarta de A Ghost Story (David Lowery, 2017). Ambas íntimas escenas terminan en silencio, sí, pero como dice en un momento dado el hijo de Gemma en Ella i jo: “en el meu silenci faré soroll” (en mi silencio haré ruido). Claret Muxart filma con el nexo de la pintura un cine familiar, en el mayor y en el mejor de los sentidos.

Programado en la sección ‘Un impulso colectivo’, Ella i jo se presentará en la sesión de cortometrajes de este viernes 7 y sábado 8 de mayo en el Auditori del CCCB de Barcelona, uno de los escenarios de la presente edición del D’A Film Festival.

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