‘Harajuku’: Amarga Navidad

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Harajuku supone el primer largometraje del director noruego Eirik Svensson, en el que nos plantea una historia que transcurre en tan sólo unas horas el mismo día de Navidad. | Por Ferran Calvet

Por Ferran Calvet  – [Cinema Jove València]

Las imágenes promocionales que me habían llegado de Harajuku tenían todo lo necesario para llamar mi atención a la hora de ponerme con las parrillas del Cinema Jove. Así de primarios son los instintos de este cinéfilo a la hora de escoger que película ver entre varias opciones.

Harajuku –nombre del barrio otaku de Tokyo- supone el primer largometraje del director noruego Eirik Svensson, en el que nos plantea una historia que transcurre en tan sólo unas horas el mismo día de Navidad, todo desencadenado por la repentina muerte de la madre de la protagonista del film, Vilde (Ines Høysæter). A partir de este suceso se activa una odisea en la que la protagonista debe de enfrentarse a sus peores demonios y poner a prueba sus vínculos amistosos y familiares.

La idea de proponer esta odisea nocturna resulta atractiva y remite directamente a filmes como After Hours, de Scorcese o la más reciente Victoria de Schipper. De todas formas, aunque el llevar a cabo toda la historia en una sola noche resulte interesante en un principio, puede volverse en contra si el tiempo deja de ser un aliado del hilo narrativo y se deja en un segundo plano, y más si lo que se intenta es encajar una historia con múltiples personajes, escenarios y pequeñas tramas adjuntas. Esto es exactamente lo que pasa en Harajuku, y es la principal pega de la película. Un film puede experimentar, perderse dentro de sí mismo, plantear saltos temporales, pero cuando la persona que está visionando aquello ya no sabe en qué fecha está por culpa del descuido del autor, éste ha dejado de funcionar, dejando inverosímil una historia que lo que busca es la verosimilitud.

De todas formas, sí que tiene aspectos que funcionan bien. El conflicto padre-hija resulta enfocado de una forma eficaz para que sintamos empatía con el que en principio es el malo. Este enfoque puede resultar cruel e incluso injusto, intentar justificar de una forma tan gratuita un padre que abandonó a su hija no creo que sea lo mejor que se pueda hacer, pero esto forma más bien parte de una visión personal que no supone la negación de los puntos fuertes de este conflicto.

Lo que sí que resulta interesante, tanto que uno se queda con la sensación de que ha quedado poco explotado, es el mundo interior otaku de la protagonista, que no sólo sueña con viajar a Tokyo, sino que en algunas ocasiones, cuando se remite a su imaginación, esta se nos presenta en anime. Son pocas las veces –si no recuerdo mal un par o tres- en las que se decide utilizar este recurso, quedándose corto por el potencial y la función que podría tener.

La ópera prima de Eirik Svensson deja apuntes interesantes pero se queda ahí, en una ópera prima que no acaba de explotar sus puntos fuertes y que cae en errores que acaban condenando el sentido completo de la cinta. De todas formas, no deja de ser un largometraje entretenido, que plantea algunas escenas de tensión e incluso de ternura, mecanismos que nunca fallan y que para ser justos se deben de tener en cuenta.

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