Entrevista a Irene Gutiérrez, directora de ‘Entre perro y lobo’

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Entrevista a la directora ceutí Irene Gutiérrez en el marco de la presentación de su película ‘Entre perro y lobo’ en el Festival de Berlín. | Por Ferran Calvet

Por Ferran Calvet (Festival de Berlín)

Un mes después de su paso por el Festival de Rotterdam con la cinta Diarios del exilio, la directora ceutí Irene Gutiérrez ha sido una de las presencias españolas más destacadas de la recién celebrada 70ª edición de la Berlinale, en la que ha presentado otro trabajo, Entre perro y lobo, programada en la sección Forum del certamen berlinés.

En esta cinta, Gutiérrez relata la pequeña historia de tres excombatientes cubanos de la Guerra de Angola que, a día de hoy, siguen realizando sus entrenamientos de guerrilla en la simbólica selva de Sierra Maestra.

Tuvimos la ocasión de poder estar unos minutos con ella el día después de la primera proyección en el festival y de preguntarle sobre algunos aspectos referentes al film.

Irene Gutiérrez / DW

F.C: ¿Qué es lo que te lleva a documentarte y a realizar una película sobre esta segunda generación de cubanos que a día de hoy siguen creyendo en el espíritu de la Revolución?

I.G: Creo que es una forma de estar en el mundo que se ha perdido, que es aquella que daba a un proyecto común su propia individualidad. Para ellos es más importante esa pertenencia al proyecto común que sus propios anhelos como individuo, y esta forma de estar en el mundo ya no existe. Ellos son un claro ejemplo de que eso permanece intacto, quizás por el contexto histórico de este lugar en Sierra Maestra en el que sus padres estuvieron en las filas junto al Che o donde sus bisabuelos lucharon contra la colonia española junto a José Martí. Por tanto, para ellos es algo absolutamente natural, es un relevo generacional, un deber, y tiene todo el sentido. Para nosotros es algo absolutamente ajeno y para mí es algo absolutamente hermoso, y creo que de hecho el mundo está carente de estos proyectos comunes. Pero creo que realmente es necesario, porque si el barco se hunde nos hundimos todos. Por lo tanto, no tiene mucho sentido este individualismo que el neoliberalismo nos ha traído.

Para mí también era fácil trabajar con ellos porque en la escuela de cine donde estudié muchos de los profesores, incluso el que era director, jefe de cátedra o los custodios, cocineros, etc. habían estado en Angola. Fueron 380.000 hombres, una generación entera. Tenía claro que quería trabajar Angola como una especie de homenaje a estos héroes anónimos que no se conocen mucho fuera de Cuba. La intervención cubana en un conflicto tan importante que no solo significó el fin del apartheid sino también la liberación de Namibia y Angola. También tratar algo mucho más grande que tiene que ver con el espíritu de la revolución cubana y estas tres generaciones, más allá de Angola.

 

Tengo constancia de que el proceso de documentación para la película ha durado seis años. ¿En que ha consistido la recogida de documentación y el acercamiento a este contexto y a estos personajes?

Han sido seis años en general en todo. Desde que hago el primer pitching en el Foro de Coproducción Europa-América Latina en San Sebastián en septiembre de 2014 hasta hoy, que se estrena la película. Y allí se incluye todo; escritura de guion, documentación y financiación –que ha sido lo más costoso–. Yo quería trabajar sobre el trauma posbélico por un lado, y por otro sobre el conflicto de Angola y la intervención cubana en particular, porque es la última guerra de la Guerra Fría y el conflicto armado más largo en África. Me interesan los procesos de descolonización, específicamente africana. Yo vengo de Ceuta y trabajo también con inmigrantes subsaharianos en condición de irregularidad, y para mí las lecturas y los testimonios eran importantes. La diferencia entre los testimonios que podía encontrar en La Habana o incluso en San Antonio de los Baños en comparación con los testimonios que encontré en la Sierra Maestra es justamente este espíritu generacional de continuidad de la horda revolucionaria, y esto todavía existe y está muy marcado en estas personas en el oriente de la isla.

 

Aprovechando lo que comentas del aspecto generacional, ¿hasta qué punto se quiere mostrar en la película que estos personajes viven, o no, en un cierto anacronismo?

Nosotros queríamos deslocalizar. Es decir, que en un momento la selva cubana fuera una selva angolana y que pudiera ser un estado mental, una especie de no-tiempo y de no-espacio, una especie de limbo, donde este espíritu permanece intacto. Pero por otro lado, no es tan anacrónico, esta gente volvió de Angola en el año 87, no hace mucho tiempo de esto. La gran historia en mayúsculas es una historia bastante reciente, las últimas tropas volvieron en el 91, es decir, no hace mucho. Lo que pasa es que es un conflicto que puede parecer anacrónico pero es algo bastante reciente. Por otro lado, para ellos es algo que está presente en su día a día, las consignas están presentes en sus vidas, las utilizan. Como son esta tercera generación es algo absolutamente natural y absolutamente contemporáneo en sus vidas, es algo que está presente.

 

¿Cuáles han sido, a nivel cinematográfico, tus referentes a la hora de realizar la película?

Pues hay más referentes literarios. Para mí toda la cuestión del Quijote es muy clara, estos románticos locos que eran bastante lúcidos. Otra referencia clara es El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, que fue claramente una referencia des del principio. Y luego a nivel cinematográfico pues evidentemente el cine bélico, las jungle movies, Platoon, etc. También El cazador de ciervos, que es una película que me gusta mucho porque trabajaba esta cuestión de lo coral, de los tres amigos que son uno solo, en el fondo. Para mí estos hombres son cuerpo, mente y corazón, y también conforman una generación entera en su complexión. Son completos en sí mismos. Así que bueno, hay todo tipo de referencias.

 

¿El hecho de rodar en Sierra Maestra, llegó a ser costoso a nivel logístico e incluso físico?

Hombre sí, es la selva y estuvimos allí dos meses. Pero bueno, tuvimos el gran apoyo de la Televisión Serrana, una entidad financiada por la UNESCO. Es una televisión que produce pero no emite, hacen cortometrajes con los campesinos de la zona y también adiestran a jóvenes para ser cineastas.

Sobre la cuestión de la jungla, nosotros queríamos que todo este cansancio se impregnara en la película. De hecho, casi está editada de forma cronológica. No es igual el primer entrenamiento que el último, y esto tiene que ver con el viaje en sí, con las largas caminatas. Teníamos que caminar dos horas hasta llegar a la localización. Y el calor, evidentemente. Había horas de sol en las que no se podía filmar, había que descansar, la cámara se calentaba y sonaba mucho el motor, contaminando así el registro sonoro.

Pero bueno, yo creo que lo interesante en estas caminatas de dos-tres horas hasta llegar a la localización es que podíamos hablar con los tres protagonistas, también con Alejandro Alonso, el ayudante de dirección, y con Jose Alayón, director de fotografía, sobre qué era lo que íbamos a hacer este día, como nos encontrábamos de cansados, cual era el tono en el que ellos se habían despertado, como querían plantear los entrenamientos, que les apetecía hacer… Y así era como íbamos improvisando sobre el mapa del guion inicial.

Hay una frase en mi lectura para la película, que fue el Diario de campaña de José Martí, que creo que casi podría ser el storyline de la película: “Subir montañas hermana a los hombres”. Esto pasó delante de la cámara y detrás de la cámara, porque nosotros al final creamos una gran familia. Además acababa de fallecer mi papá y como que estos tres hombres casi que fueron mis papás durante el rodaje. Con lo cual fue bonito este espíritu y creo que esto se siente en la película.

Claro, la montaña es, digamos, un personaje más de la película. En ocasiones esta fusión del paisaje con los personajes se remarca a modo de tópico, pero en este caso es algo que funciona.

Para nosotros rostro y paisaje eran lo mismo. Y en un momento se funden, hacia mitad de la película, de manera que la selva se convierte casi en un estado mental. Y es importante porque también nos podríamos haber fascinado con la montaña pero tampoco tenía sentido porque siempre queríamos estar muy cerca de ellos. Como esa cámara que es el cuarto soldado, siempre muy atentos a sus pequeños gestos. Son hombres de acción y no tanto hombres de gestos, entonces había que estar muy atentos a como ellos desplegaban estas dudas o estos miedos de volver al recuerdo de la guerra. Y como la cuestión física también hacía aflorar estos recuerdos de guerra, des del cuerpo y no des de la palabra. Esto también era una propuesta des del inicio.

 

Intriga bastante el título de la película. Después de la sesión en el CinemaxX, estuve hablando con algunos compañeros de su posible origen y ninguno lo tenía nada claro.

El título viene de una expresión francesa que se llama “entre chien et loup”, que habla del momento en el que está oscureciendo pero aún es de día. Es el umbral. Se llama así porque en este momento en que el pastor ve una silueta de cuatro patas, puede ser un perro y no pasa nada, o puede ser un lobo y se va a comer las ovejas. Entonces es el momento borderline donde todo puede ocurrir.

También tiene que ver con que estos hombres, los personajes, están a medio camino entre los soldados y los campesinos. Realmente ellos son híbridos. Y están también entre la salvación y la perdición e incluso entre lo salvaje y lo doméstico. Entonces, en esta cuestión in between something es de donde aflora el título. De cómo estos hombres que son completos en sí mismos se encuentran entre los dos extremos, en el umbral. Entre lo viejo y lo nuevo, también.

“Entre perro y lobo” es un pequeño relato que forma parte de la historia en mayúsculas, la que aparece en los libros. No sé si captar estas pequeñas historias es un aspecto que te interesa especialmente o es un recurso que puede que se quede en esta película.  

Me interesa, de hecho Diarios del exilio tiene que ver con eso también, y de hecho también la que quiero trabajar en el futuro, en Ceuta. Evidentemente hay una contraposición entre la gran historia en mayúsculas y las pequeñas historias que conforman la gran historia. Generalmente las versiones oficiales las relatan los vencedores, y en este caso a mí me interesaban estos héroes anónimos; anónimos fuera de Cuba e incluso a veces también en la isla, que ya se han olvidado un poco. Con lo cual, quería rescatar todo lo que ellos tenían que decir sobre esta experiencia tan importante como fue estar en esta guerra tan lejana que marcó sus vidas. Y tiene que ver con la historia reciente contemporánea de la descolonización africana y también con la historia reciente de la exportación de la Revolución Cubana hacia otras cartografías fuera de la isla.

 

En un momento de la cinta, se escucha la voz de Fidel Castro leyendo la carta de despedida que Che Guevara le dirigió, en la que se dice que “En una revolución se triunfa o se muere (si es verdadera)”. ¿Crees que esta cita puede seguir siendo válida hoy en día en Cuba?

Yo creo que sí. Cuba está en el mapa del mundo por su revolución. ¿Quién de otra manera recordaría Cuba de la manera que lo hace sin su revolución? Con todos los contraluces que pueda tener, Cuba es revolución. Entonces esta cita es un capítulo importante de la historia de Cuba y reverbera en esta generación. En las generaciones futuras, por supuesto, reverberará de otra manera, pero en toda esta generación que hizo la Revolución con sus manos día a día es absolutamente relevante. Ahora bien, ¿cómo esto permanecerá en los tiempos? Quizá haya que ver dentro de doscientos años que ocurrirá. Yo creo que va a seguir siendo vigente. Porque es una revolución que realmente fue modelo, no solo en Latinoamérica sino en el resto del mundo. En Estados Unidos incluso fue modelo de deliberación, de autodeterminación y de soberanía. Como dicen en la película, “Uno, dos, tres Vietnam”. Hay un alineamiento ideológico importante que hoy en día ya casi se ha difuminado, pero en su momento la izquierda tuvo un gran poder.

 

Y ya para acabar, ¿esperamos ver nuevos trabajos de Irene Gutiérrez próximamente?

Sí, a mí me interesa mucho la contraposición entre el individuo y la nación a través del paisaje. Como se despliega el paisaje y como este es marco para estas contradicciones. Y dentro de esta temática, que está en todas mis películas, quisiera trabajar en Ceuta, que es mi ciudad, el tema de las fronteras sur des del mito de Orfeo, que es mi siguiente proyecto y espero que podamos hacerlo pronto.

1 pensamiento sobre “Entrevista a Irene Gutiérrez, directora de ‘Entre perro y lobo’

  1. He seguido la carrera de Ferran desde sus inicios, y la verdad uno queda sorprendido por la evolución constante de su léxico, por la profundidad de sus preguntas inquisitorias pero al mismo tiempo amables con el entrevistado, así como por la documentación preparatoria que habrá tenido que analizar para llegar a hablar de tu a tu con personas altamente creativas.

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