‘Te están robando el alma’: El incendiario Svenonius

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Después de «Estrategias sobrenaturales para montar un grupo de rock» (2014), el músico underground estadounidense Ian Svenonius vuelve a las librerias con un tono crítico hacia la cultura y la sociedad de masas con «Te están robando el alma» (2017), un manifiesto contra Ikea, Apple, Wikipedia, el rock corporativo y la depilación púbica. | Por Ferran Calvet

Por Ferran Calvet

Después de Estrategias sobrenaturales para montar un grupo de rock (2014), el músico underground estadounidense Ian Svenonius vuelve a las librerias con un tono crítico hacia la cultura y la sociedad de masas con Te están robando el alma (2017), un manifiesto contra Ikea, Apple, Wikipedia, el rock corporativo y la depilación púbica, que ya desde su primera frase, dónde aboga por la necesidad de la censura, promete un ataque hacia la cultura contemporánia a través de un tono irreverente, directo y provocativo.

En el primera parte de tres, Svenonius apuesta por la censura como una forma de desintoxicarnos del ruido constante de los medios de comunicación, los libros, el cine o el arte, obstinados a funcionar como muleta del estado apoyados por la llamada «industria del entretenimiento». También internet debe ser censurado bajo el mismo argumento, definiendola cómo una «adicción pervertida y fuera de control». Del mismo modo, carga contra el twist y contra la función de la depilación púbica, y una vez termina de  cargárselos, se ensaña contra la ideología que hay detrás de Apple e Ikea, acusando a la primera de pretender acabar con las posesiones físicas y a la segunda de desear la ruptura de las parejas para su propio beneficio.

Después de ésta primera parte, en la que es posible que el lector acabe entrando en el juego del autor y empiece a ver la llamada «industria del entretenimiento» y la cultura contemporánea en general cómo una banda organizada con fines criminales, Svenonius parece abandonar su contundencia para entrar más en unos capítulos de reflexión, sin aparcar la crítica y la forma directa con la que acusa a los que considera culpables de esta debacle cultural. El primero en ser señalado, después de argumentar el papel que ha tenido el azúcar en todos los imperios, es Jimmy Wales, cofundador de Wikipedia, que considera que es equiparable a las pirámides egipcias, pues en ambos casos han sido construidas a partir del trabajo no remunerado de quien posteriormente las adorará.

El turno del cine llega en el capítulo ocho, que titula como “La crisis documental” en el que remarca sobretodo la ideología elitista y de derechas de Hollywood, opuesta a la visión general que se tiene de este. El músico estadounidense desvalora el cine de forma generalizada argumentando que “el trabajo de cámara casi siempre es execrable, la narración peca de simplista y el método narrativo suele consistir en un desfile de cabezas parlantes”. Aun así, Svenonius se dedica a alabar a Santiago Álvarez, cineasta cubano a quien Fidel Castro encargó la producción de noticieros cinematográficos, y se permite incluso recomendar obras suyas, elevándolo hasta la categoría de referente para todo cineasta.

Lo que sigue es un repaso al endiosamiento del artista y nos adentra ya en la tercera parte del libro, donde parece que el autor rebaja un grado más su tono y a modo de ensayo interpreta el papel de Andy Warhol y el pop art en la cultura y que culmina con un diálogo a modo de escena con un disco al revés de fondo. Un final demasiado literario para lo que había empezado siendo la obra.

Te están robando el alma empieza con un vocabulario y una retórica muy contundente para luego ir ablandándose de una forma inesperada, y así rehúye de convencer aún más al lector de una ideología que su autor parece tener clara. Personalmente no conocía todavía una obra que dejara al descubierto la industria cultural desde Adorno, aunque su tono y su contenido, pese a contener crudas realidades, tiende a veces demasiado hacia el relato conspiranoico y no hacia el ensayo crítico o ideológico.

Lo que Svenonius realmente pretende transmitir es la idea de que la cultura de masas, incorporada y desarrollada a la perfección por el sistema capitalista, es una cultura de entretenimiento que no busca la calidad artística de su contenido sino el adoctrinamiento mediante mensajes repletos de ideología y de propaganda. El problema es que el discurso tiende a la generalización, y a decirnos que todo el cine, toda la música y toda la prensa vienen marcados por las mismas motivaciones.

El libro funciona como crítica a la cultura de masas pero desde el punto de vista ideológico es dificil impregnarte. Lo más claro es que a través de esta obra Svenonius nos muestra delante de nuestros ojos lo que parece lógico pero que no hemos todavía reparado. Una crítica mordaz pero que a ratos no convence.

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